Son llamados de esta manera ciertos episodios que sufren algunos bebés entre el nacimiento y los tres meses aproximadamente, en los que
manifiestan incomodidad o malestar mediante el lloro persistente, acompañado de movimiento espasmódico de piernas y brazos y cuyo llanto es, para desesperación de los padres, difícil de calmar con facilidad.


Los cólicos suelen darse a unas horas determinadas de la tarde o la noche, aunque en ocasiones suceden también por la mañana. Aunque lo que siempre suele darse es una regularidad, es decir, el bebé que los sufre suele hacerlo siempre en el mismo momento del día.


Hay diversas teorías sobre el origen de estos cólicos, pero los expertos no parecen ponerse de acuerdo sobre él. Se han llevado a cado análisis y pruebas con bebés que sufren cólicos y otros que no los sufren con el objeto de averiguar donde reside la diferencia entre ellos.


Pero la conclusión parece no ser muy clara, en tanto que las pruebas nunca han revelado una clara diferencia anatómica ni fisiológica o funcional entre los bebés con tendencia a tener cólicos y los demás.



Teorías sobre el origen de los cólicos
¿Gases?

Una de las más conocidas teorías es la de los gases. Se supone que el bebé acumula aire en su intestino, ingerido durante la succión. La inmadurez de su sistema digestivo aún en rodaje, le impediría expulsar correctamente dichos gases con el consiguiente dolor abdominal.


No obstante, esta, como todas las demás teorías, tampoco está apoyada por ningún estudio científico ni avalada por prueba concluyente alguna. Es simplemente una suposición más.



Además. se han realizado radiografías intestinales a bebés con cólicos y bebés sin ellos, para observar si la presencia de gas en el intestino era muy significativa en alguno de ellos. Pero finalmente se comprobó que no era así y no existe diferencia entre ambos intestinos, en cuanto a la cantidad de aire en ellos contenida.


¿Inmadurez intestinal?

Otra teoría otorga el origen de las molestias a la inmadurez de un sistema digestivo que se haya en plena fase de aprendizaje. Ello explicaría el por qué desaparecen por si solos a partir de los 3 meses. Aunque también quedaría el saber el por qué afecta solamente a un porcentaje de bebés y no a todos, cuando el sistema digestivo tiene que madurar igual para todos.



¿Intolerancia a la lactosa?

La lactosa es un componente de la leche. En la leche materna, se halla en cantidades superiores en la leche inicial de la tetada y va disminuyendo conforme avanza la toma. La lactosa es el azúcar de la leche.


Si el bebé se muestra inquieto tras la toma, es posible que sea sensible al exceso de lactosa ingerido. Esto ocurre especialmente cuando se limitan las tetadas poniendo al niño 10 minutos en cada pecho, por ejemplo. Con ello éste ingiere la mayor parte de la leche con mayor contenido en lactosa y puede ser un motivo de malestar intestinal. Por eso siempre se recomienda dejar que la tetada se prolongue en un solo pecho, todo lo que el bebé decida, para darle tiempo a tomar toda la leche.


En algunas ocasiones puede ser una solución el extraer un poco de la leche inicial, para evitar que se tome mucha cantidad de leche primera y así mejorar la incidencia de la intolerancia a la lactosa. Pero muchas veces, aún realizando tal práctica, el bebé continúa teniendo cólicos.
Además no es recomendable realizar esta práctica demasiado frecuentemente, puesto que la leche del principio es rica en lactosa pero también en agua, la hidratación del niño. No es conveniente intervenir demasiado en el equilibrio perfecto que la leche materna ofrece al bebé.


¿Lactosa en la dieta materna?

También se ha especulado con la posibilidad de que sea la lactosa en la dieta materna y no en el bebé la que ocasione molestias e intolerancias. La dieta materna está presente en mayor o menor medida en la leche que ingiere el bebé. El bebé, desde su nacimiento, está acostumbrado a una inundación de sabores, puesto que su mamá contribuye a través de su propia alimentación a la variedad de gustos en la leche que da a su hijo.


La lactosa tomada en cantidades elevadas pasa al bebé a través de la leche materna y puede ser causante de cólicos. Un remedio está en que la mamá suspenda la ingestión de toda clase de lácteos durante una semana y observe la evolución de los cólicos del niño. Si la causa de estos era una intolerancia a estos alimentos, la reacción se hará notar y disminuirá la intensidad y frecuencia de estas molestias. En caso de no notar mejoría, es posible que la causa esté en otro alimento. Se trataría entonces de ir dejando de tomar uno por uno los que se puedan
creer sospechosos. Estos son los que se toman en mayor cantidad y frecuencia. Pero tienen mayor probabilidad de causar alergias la leche,
huevos, soja,…


¿Reflejo intenso de subida de la leche?

Algunos bebés muestran disgusto, molestia e incomodidad en las tetadas si el reflejo de subida de la leche es demasiado intenso. Sobre todo cuando son muy pequeños y todavía no pueden tragar todo el caudal de leche que fluye del seno materno.


Nada más comenzar la tetada el bebé empieza a ponerse tenso, se retira del pezón, estira y encoge las piernas, agita los brazos, llora y se niega a seguir mamando. Se debe a que se poner nervioso, no puede adaptar su succión a la gran cantidad de leche que fluye, traga aire, empieza a sentir dolor y la madre se frustra al ver que cuanta más leche sale, menos quiere el niño tomar. En estos momentos, cualquier intento por hacer que el bebé continúe la toma es inútil y puede llegar a ser catastrófico. La madre se tensa y empieza a transmitir sus nervios al bebé. Se entra en un círculo vicioso y finalmente el bebé se duerme exhausto de tanto llorar.


¿Qué hacer entonces si llegamos a este punto?

Antes que nada, interrumpir la toma y calmar el niño. Sentarlo un poco sobre nuestras piernas, acunarlo, darle masajes, abrazarlo, hablarle, besarle… Sobre todo nunca dejarle llorar. Es muy importante que se sienta querido y protegido. Si vemos que se calma y pide volver a mamar, podemos volver a colocarle al pecho. En el momento que se nota la subida de la leche, retirar el pezón de su boca y dejar que la leche salga recogiéndola en un paño seco y evitando así que el caudal más potente caiga en la boca del pequeño. Cuando el pecho empiece a gotear es momento de ponerle otra vez a mamar. Con esta técnica muchos niños experimentan una notable mejoría y sus mamás agradecen lo tranquilas que se tornan las tomas.



Consejos para evitar los cólicos

Viendo que es prácticamente desconocida médicamente la razón por la que los bebés sienten los cólicos y que todo son puras teorías, lo único que una madre puede hacer para intentar esquivarlos es guiarse por su propio instinto. Si bien es cierto que muchas veces, siguiendo una serie de pautas, podemos llegar a reducirlos bastante e incluso eliminarlos.


Estos consejos son remedios obtenidos de la experiencia de muchas mamás que han ido probando cosas hasta que han dado con la solución a su caso. Quizás combinando varias de ellas o todas a la vez, una madre consiga aliviar a su bebé.


Masajes circulares en el abdomen.

Colocando el niño panza arriba, se pone la palma de la mano plana sobre su barriguita. Ejerciendo una leve presión (cuidando que sea suave), trazaremos círculos en el sentido de las agujas del reloj. La movilidad intestinal se desarrolla en este sentido y al masajear la zona suavemente estamos ayudando a que los posibles gases salgan al exterior.



Estiramiento de piernas

Con el bebé en la misma posición, se toman las piernas y se flexionan varias veces a intervalos regulares con unos segundos de descanso. Con ello se ayuda a que el aire que puede contener el intestino se mueva y se alivie el dolor.



Infusiones de hinojo y anís verde para la madre

Algunas madres han reconocido un alivio palpable de los cólicos de sus bebés, ingiriendo ellas una infusión de anís verde e hinojo tres veces al día. La mejoría es notoria desde el primer día notando incluso un empeoramiento al dejar de tomarlo. En cualquier caso es un remedio muy natural y que no causa ningún efecto secundario ni a la madre ni al bebé.



Pasear al bebé boca abajo sobre el antebrazo

Muchos pequeños muestran un gran alivio al ser colocados boca abajo con la barriga sobre el antebrazo. Acompañando esta posición con un paseo por la casa, la mejora del cólico es notable.


Baño de agua templada. En caso de que ninguno de los anteriores consejos funcione, quizás tranquilicemos al bebé dándole un suave baño con agua templada. El baño relaja mucho la musculatura de todo el cuerpo y puede que al relajar los músculos del abdomen, el cólico se domine.



ALIMENTACION

Evita la cerveza aunque sea sin alcohol.
Si toma levadura de cerveza.


Lo que nosotras comamos no pasa directamente a nuestro hijo, pero hay algunos alimentos que por su sabor fuerte (ajo, repollo, y todos los que te resulten “pesados”) pueden alterar el gusto de nuestra leche, provocando en los bebés un rechazo, momentáneo, de la misma.


Otro factor a tener en cuenta para evitar son los alimentos muy grasos, como la crema, el chocolate, la manteca, etc. porque pueden contribuir a una leche más grasosa que al ser un poco más pesada puede llegar a tapar algún conducto galactóforo (de leche, bah!) y provocar una mastitis.


Por otra parte, algunas mamás, sin mediar causas científicas aparentes, comprobaron que cuando ellas ingieren alimentos que les producen gases (por ej. jugos de naranja), también sus bebés se ponen más molestos y con más cólicos que los habituales. Esto probablemente tenga un componente más “psicológico” que físico, pero si privarse de ellos las tranquiliza y las hace ver mejor a sus hijos, bueno, bien vale la pena
la abstinencia.


En definitiva, durante la lactancia (un poco más que en el resto de nuestra vida) debemos ante todo comer sano, sin excesos y sin alimentos a los que no estemos acostumbradas, sin abusar del café, ni de los picantes, ni del alcohol, y manteniendo una dieta lo más variada y natural como nos sea posible.






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parece que tengo mucho pendiente yo jijijijijijijijijijijijijijijiji cuanto las extrane mis ujtis

jejeje, ya tienes a bebito contigo?

huyyuyui... que malos recuerdos los colicos... a mi nena le solian dar al ataedecer y eran unos ratos malisimos los que pasaba tanto ella como yo que de verla retorcerse me moria de pena y me atacaba de los nervios, a mi lo que mejor me iba y al final terminaba calmandola era darle masajes con aceite de oliva templadito, me pasaba un buen rato dandole en la tripita y al final terminaba relajandose. Yo a casi todas las mamas que pregunte sus bebes lo han sufrido, es algo muy desesperante! Gracias a dios que pasa rapido, aunque en el momento es una eternidad.